Ser espectador es lo habitual para
quienes no somos artistas y nos acercamos al arte a partir de nuestras
preferencias y capacidades perceptivas. Una vez que nos alejamos del mundo
escolar, son pocas las oportunidades que tenemos para crear imágenes, objetos,
situaciones, entornos. Desde Remcaa,
quisimos que “Naturalia” fuera una
experiencia artística de construcción colectiva, donde los distintos públicos
junto con los artistas, crearan hechos estéticos en un lugar común como es el
espacio público.
Quienes formamos parte de la
organización, llegamos al Parque dos horas antes del horario de inicio, para
terminar de acopiar los materiales que cada acción artística requería. Entre
hilos, carteles, catálogos, escaleras y ramas de palmera, fuimos armando el “kit”
para cada artista. Todas experimentábamos el típico nerviosismo previo al
comienzo, pero aún así, mientras llegaban practicantes y artistas, nos
organizamos para trasladar los materiales seleccionados hacia los espacios
elegidos. Ya a la hora pautada, los artistas
comenzaron a elaborar sus acciones, mientras las educadoras y practicantes,
convocábamos a participar a los visitantes ocasionales del Parque, animando a
los más tímidos, a probar y experimentar con los materiales.
Maria comenzó ubicando en el hueco del
ombú pequeñas piezas de yeso que funcionaban como primera señalización poética
del espacio. Andrea
directamente inició la producción de sus estampas de mariposas, que una vez terminadas, se “secaban” alrededor de un grueso tronco. Federico empezó a procesar los materiales de desecho, que luego fue ubicando en el hueco que formaban dos gruesas ramas de su árbol elegido, un añoso “anchico colorado” Mientras tanto, Alejandra instaló sus “ventus” entre los troncos de dos árboles próximos, al mismo tiempo que sus “nidos de papel”, comenzaron a colgar de las ramas. Georgina instaló la trama verde, mezclándola con la frondosa copa de un árbol, mientras continuaba uniendo las partes de las botellas ya cortadas, que harían crecer esa trama.
directamente inició la producción de sus estampas de mariposas, que una vez terminadas, se “secaban” alrededor de un grueso tronco. Federico empezó a procesar los materiales de desecho, que luego fue ubicando en el hueco que formaban dos gruesas ramas de su árbol elegido, un añoso “anchico colorado” Mientras tanto, Alejandra instaló sus “ventus” entre los troncos de dos árboles próximos, al mismo tiempo que sus “nidos de papel”, comenzaron a colgar de las ramas. Georgina instaló la trama verde, mezclándola con la frondosa copa de un árbol, mientras continuaba uniendo las partes de las botellas ya cortadas, que harían crecer esa trama.
De a poco, familias, niños y adolescentes fueron acercándose, no sólo porque veían participar a otras personas, sino también por la curiosidad que despertaba la transformación del paisaje. En poco tiempo cada acción recibió distintos “colaboradores”, algunos se dieron tiempo para participar en varias acciones y otros permanecieron muy concentrados en una sola, ya sea armando estructuras, pintando ramas, haciendo varias estampas, procesando materiales descartables o perforando el plástico de las botellas (pet).
Al cabo de dos horas y media de animada producción y ya habiéndose armado el circuito por el cual los visitantes recorrían y participaban de las distintas acciones, nos sorprendió la lluvia. Interpretamos que la naturaleza intervenía activamente en este proceso de transformación. Era momento de finalizar la experiencia para que las obras siguieran su propio rumbo.
Ya no éramos los mismos de cuando comenzamos el Encuentro, el agua nos encontró en un clima de tranquilidad donde fluía la conversación y una sensación de bienestar y satisfacción, no sólo por haber logrado el Encuentro, sino también por el resultado de las acciones artísticas.
Fue un domingo mágico en el que todas las actividades culturales convivieron y se realimentaron, donde el arte poetizó el paisaje, haciendo del espacio público, un real espacio de encuentro y creación cultural colectiva.
Estos son algunos de los comentarios de los que participaron:
Me sentí muy cómodo trabajando
con ustedes, recibiendo buen trato, buena onda y fundamentalmente calidad y
calma en el hacer. Éstas dos últimas, a mi entender, son fundamentales en el
trabajo de equipo. Y en todo momento, lograron transmitir que cual fuera el
resultado, las cosas iban a salir bien. Y así fue. Un domingo distinto, un
recuerdo genial, un nuevo aprendizaje. (Federico Taboada)
Poder compartir y transmitir lo que
uno hace con la gente y con Ustedes, y a la vez conocer el proceso creativo de
cada uno, realmente es muy enriquecedor (Georgina Porto)
Agradeciendo a todos por hacer posible
lo imaginado, nos despedimos hasta el próximo Encuentro Abierto!!!!
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