ZOOM: Colecciones bajo la lupa. Parte 2


zoom3, tinta de Valeria Traversa
En esta entrega me detendré en el sustantivo “colecciones”,  ¿por qué emplear un  término tan propio de los museos para una muestra temporaria? (las exposiciones del Proyecto Pequeñas Colecciones duran siete meses.)
Si bien el título Pequeñas Colecciones fue un punto de partida para nombrar algo nuevo, tuvo un principio de intuición que se fue confirmando y desplegando en la práctica. Al comienzo, colección era una forma diferente de llamar a una muestra colectiva (que reuniría la obra de varios artistas),  temática (Mundo Hogar, Botánica Ilustrada, Buen Viaje!) e itinerante (recorrería distintos espacios de exhibición).
Nos guiaba un propósito comunicativo (artístico y educativo), difundir el  arte contemporáneo,  promover el trabajo artístico y la participación creativa de los distintos públicos. Para ello armaríamos colecciones temáticas que facilitaran al visitante  asomarse al mundo del arte contemporáneo, a su diversidad de miradas (románticas, reflexivas, formalistas, sensuales, críticas), modos de expresión,  soportes y procedimientos. Cada colección sería un recorrido a través de pinturas, objetos, instalaciones, fotografías, de las visiones de distintos artistas sobre el tema elegido.    
La colección debía ser pequeña no sólo porque sería  un recorte posible sobre el tema sino porque para trasladarse,  tenía que entrar en el baúl de una camioneta mediana y en cada espacio de exhibición, ser desembalada y montada por sólo dos personas.
Valija/ experiencias de viajero. Colección de los Visitantes. Buen Viaje!

Desde el inicio, el título también apelaba al visitante pues durante las actividades educativas, los públicos de distintas edades crearían producciones visuales que formarían parte de la muestra. Esto último requería ser aceptado por la curadora ya que no es frecuente que las obras de arte convivan con otras que no son realizadas por artistas (para algunos especialistas introducir una propuesta lúdica junto a la obra de arte, contamina, confunde y traiciona la obra del artista). Una vez explicado el propósito, la curadora aceptó y se sumó al diseño de las propuestas participativas en sala. ¡¡ Habíamos dado un paso más!!!. 

Serie Doméstica de María Laura Vázquez (fotografía).
Colección número 1, Mundo Hogar
Cuando las Pequeñas Colecciones estuvieron en marcha, el concepto de colección empezó a cobrar nuevas significaciones. Nos encontramos que parte de las obras que elegimos (dos o tres de cada artista)  integraban colecciones o series de esos artistas (la serie Doméstica de María Laura Vázquez,  la serie Mujeres Salvajes de Julieta Anaut, el Ente Regulador de Análisis de Suelas/ERAS de Luján Funes, entre otras). Y así la Pequeña Colección  comenzó a armarse con partes de otras colecciones, con obras que salidas de su contexto artístico de origen, adquirían otras resonancias al formar parte del nuevo agrupamiento. Además en ocasiones, elegimos obras de artistas coleccionistas, no desde el punto de vista del coleccionista inversor, sino del artista que colecciona objetos o materiales a partir de los cuales construye su obra (electrodomésticos de juguete/María Laura Vázquez, suelas/Luján Funes, mapas/Sebastián Semino, materiales encontrados en la calle/Roger Colom, estampillas/Néstor Llamas, etc).
El libro de los Verdes encontrados en la calle,
Roger Colom (Botánica Ilustrada)












En cuanto a la calidad artística de la colección, las obras son cuidadosamente seleccionadas por sus valores estéticos pero no por su valor económico o por el posible lugar de reconocimiento de su autor.
La itinerancia es otro de los aspectos que requirió decisiones que también pusieron en juego el concepto de colección, ya que la colección pequeña en cuanto a cantidad y a puntos de vista, pasó a ser cambiante por su adaptación al espacio físico, por la participación del visitante y por las características geográficas y patrimoniales de los centros de exposición.Cada lugar de exhibición exige un reordenamiento de las obras que modifica el relato visual. La colección se agranda o achica según el tamaño de las salas, obras que no se exhiben y otras que se reemplazan pues el artista acuerda cambiar su obra por otra realizada especialmente para ese sitio (Nelda Ramos/Botánica Ilustrada, / artistas de Buen Viaje! en el Puente Transbordador).


La Mordedura Tajante de Florencia Alvarez Guardo 
en el Ctro. Cult. Sur y en el Museo de Ciencias Naturales


La Mordedura Tajante de Florencia Alvarez Guardo 
en la Casa Thays y en el Cine El Plata (Botánica Ilustrada)


Otro capítulo es la búsqueda de espacios de exhibición, tarea que tiene sus complicaciones pero también grandes satisfacciones cuando encontramos lugares y equipos de trabajo con los cuales  poder llevar adelante una tarea conjunta. En este recorrido encontramos que la  vinculación entre el tema de la muestra y algunos espacios expositivos, promueve que la colección se
El Presente,  de Tatiana Sandoval
en el Planetario (Buen Viaje!)

 active con los nuevos sentidos que el lugar y su patrimonio ofrecen (Botánica Ilustrada en la Casa Thays del Jardín Botánico y en el Museo Argentino de Ciencias Naturales; Buen Viaje! en el Planetario Galileo Galilei y en el Puente Transbordador Nicolás Avellaneda).

Por otra parte, las distintas  locaciones  y entornos socioculturales de los sitios de muestras, determinan  diversidad de públicos y respuestas. Podríamos decir que la colección en su itinerancia por los barrios de Palermo, Barracas, Mataderos, Parque Avellaneda y Caballito, revela un pequeño mapeo de prácticas, lecturas interpretativas y consumos culturales de la ciudad. Advertirlo, nos permite introducir modificaciones (por ejemplo las obras que mayor impacto visual y emocional generan, las ubicamos al inicio del recorrido sugerido a fin de despertar en el visitante el deseo a seguir recorriendo);
El Paraíso eres Tú, Carla Benedetti (pintura)
elegida para iniciar el recorrido de Botánica Ilustrada

probar dispositivos (una propuesta con pistas y preguntas funciona en la Casa Thays del Jardín Botánico pero no así en el Planetario); reforzar aquello que más atención o participación genera (ante los álbumes de postales en Buen Viaje!, animar al visitante a tocar y darse un tiempo, promueve conversaciones, experiencias gratas y prolongadas).



En el próximo zoom, desarrollaré un tipo de producción artística de pequeño formato, portable, viajera y colectiva. ¡Nos vemos!

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