Compartimos- La visita de Amparo Alonso Sanz, investigadora y docente de las Universidades de Alicante y Valencia

Amparo Alonso Sanz
Amparo Alonso Sanz llegó a finales de agosto al Museo de las Escuelas para compartir experiencias con educadores de museos y de centros de formación artística.

Los que participamos de esos encuentros damos fe que resultaron llenos de preguntas abiertas y cruces de caminos. Fueron experiencias que nos invitaron a mirar nuestras prácticas con ojos nuevos.

También dictó un taller en el Museo de Arte Contemporáneo (MACBA) para el equipo de la Red y otros educadores de museos de arte de Buenos Aires. Fue una acción en donde para pensar la educación fue necesario acostarse en el piso y bailar!

Estas son algunas de las pistas que nos dio para pensar la cultura visual de una manera audaz:
  • Todos participamos de la cultura visual que se construye desde que nacemos e incluye los dibujos de la mochila que llevábamos a la escuela, los isotipos de la leche de la mañana y los carteles que coexisten en la calle.
  • Los dibujos animados no son mala palabra,  hay ideas y estéticas que son adoptados por los niños y que pueden convertirse en una plataforma interesante del  trabajo educativo.
  • Interpretar la cultura visual es un proceso que incluye la sospecha, la lectura crítica y un tiempo que permita ordenar y re-visitar las imágenes. 
En el taller- Museo MACBA
Para poner en práctica estos conceptos nos invitó también a trabajar con una “técnica de fomento de la creatividad”. Usando historietas de Mafalda en donde se veían escenas escolares, había que reconocer qué se criticaba de la educación  parar plantear una actividad de museo que tomara el camino contrario. La idea era que a partir de esos personajes de la cultura visual, llegáramos a otras maneras de configurar nuestras prácticas. Que ese diálogo de imagen y texto que se plantea en las historietas de Quino, nos ubicara en el imaginario de los niños para que sus preguntas,  nos hicieran confrontar la educación y el mundo adulto.

El trabajo con la historieta fue realmente productivo porque si bien todos conocemos el lenguaje y la caracterización de los personajes del mundo de Mafalda, la propuesta de adaptarlo para que “hable” de un contenido específico elegido por nosotros, nos generó un problema a resolver. Nos exigió corrernos del sentido de los diálogos de la historieta y reemplazarlos por otros que trataran ese contenido en cuatro viñetas, manteniendo algún aspecto de las acciones físicas de los personajes y la situación.

Las adaptaciones obtenidas fueron muy ocurrentes y reveladoras!!!!





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