Zoom: De congresos, revistas y más. Con la escritura hasta en la sopa!

Zoom1 Acrílico- Valeria Traversa

Por Mercedes Pugliese
Edición Josefina Pasman

Escribir para contar, escribir para descargar, escribir para no olvidar, escribir para entender.
Acá va mi lista de apuntes antes de ponerme con algún texto de esos que publicamos en congresos y demás

Los demonios
Antes de empezar me parece importante conjurar a los demonios. Ahuyentar de mi mesa de trabajo esos monstruos que se cuelan por ahí y que me andan azuzando las espaldas:
Fragmento de "Pesadilla de los injustos" de Berni
  • El cuento épico: es cuando el texto que escribo se parece a un cuento de caballeros. Narro una experiencia y un descubrimiento ocultando abajo de la alfombra todas las dudas, los fracasos y las grietas del proyecto. Aparezco frente a los demás como una heroína de papel subida a algún caballo o algún dragón de los de antes. Pero no es lo que me interesa en realidad. El texto pierde respiración. Lo humano desaparece atrás de "la genia" o "la clarividente" y el otro tiene que incomodarse a leer un relato en donde ya sabe el final. Un relato que me hace ver en tacos altos cuando lo más común es que vaya de zapatillas. 
  • La confianza en las palabras prometedoras: me gustan las palabras y suenan tan lindas...por eso tantas veces lleno el texto de esas que parecen garantía. Uso cinco veces la palabra "interactivo", ocho "novedoso", diez "visitante" y ya me regodeo de mí misma sintiendo que el menjunje está listo. Pero, claro, me olvido de revolver y de ubicarlas en el momento preciso. Sin embargo eso no es lo más grave. Lo que de verdad creo que plancha mi texto y lo vuelve insulso es no especificar el gusto de cada una de esas palabras. ¿Acaso decir "participativo" define el cómo de lo que pienso? ¿Acaso nombrar al "visitante" le muestra al otro qué representaciones de él o ella aparecen? ¿Alcanzan los sustantivos sin condimentos para volverse personales y carnales? Seguro que no. Las palabras necesitan dónde asentarse para mostrar lo que no tienen de generales, ¿o acaso todos entienden que si digo mamá estoy hablando de la mía que hacía paquetitos de manón para llevar a la escuela o a la de mi vecina Feli que usaba el pelo largo como yo soñaba algún día?
  •  El aburrimiento: si yo me aburro ni te explico el resto. Mi ley es que cuando algo no fluye es que la cosa no va por ahí. Me pasa muchas veces cuando repito ideas de otros como loro o cuando entro en temas que creo que tengo que tratar, pero no me interesan realmente. Si fuera un examen, vaya y pase, pero creo que si escribimos aburridos, vamos a aburrir al resto...
El estilo
Jorge Larrosa
El avance de las ciencias y las revistas especializadas nos hizo creer que hay un modo de escribir este tipo de textos. Palabras formales, oraciones completas, las comas en su lugar...un modo universal para entendernos. Es cierto que como decíamos en el zoom anterior las formas pueden ayudar a la comprensión y a no olvidar lo que se quiere decir, pero creo que no todos los estilos van para todos los temas ni todos los educadores contamos de la misma manera. 

En la historia del pensamiento vemos a Platón escribiendo en forma de diálogo, Heródoto con sus cuentos y sus fuentes "incomprobables", el Inca Garcilaso y su relato novelado en donde se respeta al dios de los cristianos, pero se adora a los de su madre...¿Por qué conformarnos con textos enjuagados con lavandina? ¿Por qué frases encorsetadas?

Si queremos pensar diferente, tenemos que escribir diferente. Así al menos lo propone Jorge Larrosa: 

"Nuestro oficio en la academia tiene que ver con el saber, desde luego, pero estarán ustedes de acuerdo conmigo en que nuestro oficio es, básicamente, un oficio de palabras. Lo que nosotros hacemos, cada día, es escribir y leer, hablar y escuchar. Y podríamos decir, a partir de ahí, que el conformismo lingüístico está en la base de todo conformismo, que hablar como Dios manda, y escribir como Dios manda, y leer como Dios manda es, al mismo tiempo, pensar como Dios manda. Y podríamos decir también que no hay revuelta intelectual que no sea también, de alguna forma, una revuelta lingüística, una revuelta en el modo de relacionar la lengua con nosotros mismos y con aquello que la lengua nombra. O sea, que no hay modo de “pensar de otro modo” que no sea también “leer de otro modo” y “escribir de otro modo”.

Saber robar y saber mentir
Esta versión tiene ilustraciones 
de Isol, muy recomendable!!!
La idea es de Paul Auster que sin ningún tapujo la lanza en "El cuento de Navidad de Auggie Wren". Pareciera que la clave de un buen relato no es más que eso. 

Para saber robar bien hay que estar alertas y saber elegir la presa. No se puede leer ni mirar todo lo que nos llega. En la era de internet tenemos que seleccionar para no caer en la saturación y volvernos consumidores de cultura en vez de saboreadores. "Más" no es garantía de "más". Preferible un texto tatuado en la piel que miles leídos a las corridas...

La mentira es la parte en donde esas mercancías que conseguimos por ahí se vuelven otra cosa. Las damos vueltas, las cruzamos acá y allá, les cambiamos el color y...voilá, se convirtieron en algo nuevo. Como Picasso y sus muchachas de Avignon, las máscaras africanas están ahí paseándose, pero convertidas en señoritas de pocas ropas.


El tema del texto
La hoja en blanco es uno de los mayores temores ¿Cómo empiezo? ¿De qué hablo? Hay varias prácticas que sirven para esos días y para los otros también. Prácticas a lo Nina Simon que sacan de nuestro adentro confundido algunas notas de color para empezar a pedalear.
  • binomio fantástico: dos palabras diferentes hacen emerger ideas nuevas. Se puede probar con
    Gianni Rodari
    preguntas extrañas: ¿Qué tiene que ver zapato con museo? ¿Y tomate? ¿Y granadina? o tomar dos objetos del escritorio y empezar a relacionarlos, tal vez de la abrochadora al lapicero aparezcan cosas que queríamos decir y no sabíamos cómo.
  • esquemas: no voy a decir mucho de esto, pero sí lo apunto para no olvidarlo en esta lista. A mí me resultan fundamentales para entender lo que quiero decir, pero los voy cambiando mientras escribo porque las palabras te llevan después para donde ellas quieren.
  • collage de autores: parecido al binomio fantástico, pero con citas que nos hayan gustado mucho. Este sistema lo he probado con exámenes y aseguro que funciona! Hay que elegir cuatro o cinco citas que nos hayan interesado y ver qué cómo calzan entre ellas. Lo que sigue es empezar a cruzar esas ideas de alguna manera. 
  • relatos de experiencias: es uno de los temas más habituales. Creo que la gracia es que probemos diferentes enfoques sobre la misma experiencia. Sería recomendable probar hasta tres opciones antes de ponernos a escribir. 

¿Dónde?
Esa es la pregunta del millón!!! ¿Dónde mandar los textos? No hay mucho por acá, pero estas son algunas de las opciones:
  • Jornada de Museos y Escuelas del Museo del Banco Provincia: hasta hace dos años funcionaban todos los años y era una oportunidad para escribir y leernos. También para compartir experiencias con docentes de instituciones educativas. bpmuseo@bpba.com.ar 
  • Revistas educativas: Acá no conozco ninguna que se dedique al campo específico y por eso las posibilidades es recalar en las que se dedican a la educación "formal" (no me gusta esa palabra, pero para que noten la diferencia). Las tres que siguen sé que han publicado temas relacionados con los museos, "A construir", "Papel barrilete", "Archivos de Ciencias de la Educación UNLP"
  • Revistas de arte : no sé cuáles se interesan en el campo, pero con intentar...
  • Blogs personales: cualquiera puede empezar un blog monográfico o compartido. Lo importante es que lo publique en alguna red y que busque otras formas de distribución. Por ejemplo la suscripción por mail...(les dejo la dirección del mío porque me encantaría que lo visiten! cuentosparaunmuseo.blogspot.com)
  • Este blog!!!: Este año abrimos el zoom para más gente, y escuchamos las ideas que se les ocurran para ampliar la biblioteca virtual de textos!!!!

Y...todo esto ¿para qué?
Porque si no escribimos los educadores, nos guionan los otros... Esta cita del libro "Perspectivas" (Coord María Acaso) lo explica así:

Cita de Eneritz López  y Eva Alcailde
"El desconocimiento sobre el trabajo de la educación en museos se explica en parte porque, en general, y en España en particular, no se ha publicado mucho sobre esta profesión, y los que escriben al respecto están vinculados normalmente a universidades y no a la propia profesión. Una de las razones de esta escasez de literatura es que la reflexión no suele considerarse parte del trabajo diario de las personas dedicadas a la educación en los museos, quienes normalmente tienen jornadas laborales repletas de quehaceres prácticos relacionados con la atención al público que a menudo sobrepasan sus posibilidades." pag 21

Por eso propongo que escribamos después 
de estar con gente y antes también. 
En el colectivo de parados y en las ventanas apenas sale el día. 
En el cuarto, en la cocina, en el pasillo y debajo de la ducha. 
Solos, de a dos o entre diez. 
En computadora o con lápiz con punta recién afilada. 
En el centro de la hoja y en los márgenes. Acostados y escuchando a Gershwuin o a Rodrigo. 
Somos muchos los que nos andamos buscando 
y no tiene sentido andarnos perdiendo. 

Trailer de la película "The pillow book" 
de Peter Greenaway (1996)- Ir al enlace

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